La línea del tiempo

El paso del tiempo es inevitable. Vamos cumpliendo años y la vida avanza a toda máquina. La sensación cuando hablas con personas, ya de una cierta edad, es de que ¡cada vez pasa más rápido el tiempo! La cuestión es como lo aprovechamos o a veces como lo perdemos. Una de las claves reside en como vivimos nuestro día a día y en como utilizamos nuestra mente. Dado que es habitual que gran parte de nuestro tiempo, mientras estamos despiertos, estemos pensando. La calidad de esos pensamientos, sin duda, nos va a condicionar. La sensación a veces es que la mente entra en una dinámica en bucle cuando alguna cosa nos preocupa o atormenta y es entonces cuando nos disociamos y nos pasan las horas sin enterarnos. Todas las acciones cotidianas que hacemos las realizamos automáticamente mientras seguimos en nuestro mundo mental. Si generamos un hábito de esta forma de funcionar se puede decir que vivimos en un eterno atrapamiento.

Recordar por momentos vivencias pasadas de felicidad y de éxitos puede ser algo muy agradable y más si lo compartimos con alguien. En cambio recordar y repasar vivencias negativas, cuestionarnos si pudimos haber hecho esto o aquello, que si hubiera sido de otra forma quizá…….,etc no nos va a ayudar en nada y nos va a anclar continuamente al pasado. No hay duda de que a veces es inevitable pensar en ello, pero lo importante es no ser recurrente porque no nos aportará nada bueno. Mas pronto nos mantendrá atrapados en una vibración emocional baja de desánimo y tristeza que hará que sostengamos un bajo tono vital, tengamos insomnio, etc

Nosotros decidimos como nos movemos en la línea del tiempo. Si queremos vivir el presente hemos de estar conectados al momento y utilizar la mente de forma óptima. Generar planes, tener ilusiones, plantearse objetivos profesionales y personales… todo ello nos va a ayudar a subir de vibración y a conectar con lo mejor de nosotros mismos.

Cuando nos regalamos momentos de presente intenso, ya sea estando en soledad o acompañados, es cuando realmente vivimos la vida como es. La única forma de hacerlo es estar plenamente conscientes captando con nuestros cinco sentidos todo lo que nos rodea o bien focalizando la atención en lo que estemos haciendo.

Cuando nos proyectamos al futuro y hacemos planes nos ayuda a poner dirección a lo que deseamos a corto o largo plazo.

El pasado lo hemos de integrar y liberar. El aprendizaje de lo vivido es lo que asimilamos y lo que nos permite, con el paso de los años, tener un poco más de sabiduría.

Aviso de cookies

Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo. Puedes consultar nuestra política de cookies haciendo clic en este enlace